Khaled

Mi nombre es Khaled y soy de Siria. Tengo 27 años.

Mis amigos y yo estábamos sentados en la calle. Hubo un bombardeo en esa zona. Un proyectil alcanzó una pared detrás de nosotros. Nos hirió a tres de mis amigos y a mí. Sufrimos golpes. Todos sufrimos el impacto de los fragmentos, pero el más perjudicado fui yo.  Sangraba tanto que mis amigos llegaron a pensar que iba a morir.

Las condiciones de los hospitales de campaña de Siria no son muy buenas. No están completamente equipados y la electricidad se va la mayor parte del tiempo. Algunas de mis heridas se complicaron. Así que tuve que irme a Jordania para recibir tratamiento. Vine a Jordania en una camilla. Mis amigos me trasladaron a pie 7 km.

Se suponía que yo iba a volver a Siria, pero la situación donde yo vivía empeoró mucho y no pude volver. Toda mi familia está en Siria.

Así que decidí quedarme en Jordania y ayudar a las personas con discapacidad, a las víctimas de la guerra en Siria y a quienes resultaron heridos en los bombardeos o a causa de los francotiradores. Aquellas personas, sobre todo las gravemente heridas, me conmovieron muchísimo. Echan de menos sus casas y a sus familias, puedes verlo en sus caras. Pensé que debía intentar ayudarlas para que fueran más capaces de superar lo que habían sufrido.

Al principio, cuando me hirieron y me convertí en una persona con discapacidad, pensé que no era nada serio. Pensaba que a lo mejor me darían un tratamiento para dejar de ser una persona con discapacidad y poder andar de nuevo. Pero después eso cambió.

Estuve leyendo la vida del Profeta y, a través de sus enseñanzas, supe que lo que me había pasado a mí era la voluntad de Dios y eso es algo con lo que debo estar contento, no triste. Eso me dio consuelo para seguir adelante. Así que es como una prueba para mí, aceptar o no la situación y la voluntad de Dios . Una persona paciente que acepta esta situación recibirá una gran recompensa en la otra vida. Así que eso me dio más fuerza y felicidad.

Es difícil encontrar un trabajo porque oficialmente no soy un refugiado. Estoy intentando lograr el estatus de refugiado. Lo mejor en lo que puedo trabajar ahora es haciendo perfumes.

Me uní a un grupo de ayuda. Formamos un equipo y fuimos en busca de sirios con discapacidad para ofrecerles ayuda. Celebramos algunas jornadas deportivas e hicimos cosas que pueden ayudarles.

Antes de que me hirieran yo no sabía bien cómo tratar o comunicarme con personas con discapacidad, ya sea física o mental. Ahora estoy más sensibilizado con sus problemas. Eso me motiva para aprender más.

En el futuro quiero ser un miembro activo de la sociedad. Haré todo lo necesario para que la situación en Siria cambie para mejor.

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