Abed

Mi nombre es Abed y soy de Jordania.

 

En primaria fui a un colegio para ciegos. Mi vida era muy dura. Vivía lejos de mis padres. La supervisora de la residencia no era buena con nosotros. Si me servían una comida que no me gustaba, ella me pegaba y me obligaba a comérmela. Nos trataban con mucha violencia y agresividad.

Después de eso, cambié de colegio varias veces y terminé en uno para personas con discapacidad visual. Participé en muchos concursos. Gané el primer premio de poesía de todo el reino y conseguí el primer puesto de la gobernación en el certamen de música.

No aprobé el último examen estatal, así que me quedé en casa y decidí no estudiar. El 20 de febrero de 2007 mi padre falleció. Mi madre me dijo: «No olvides la voluntad de tu padre de que tú o alguno de tus hermanos continúen con sus estudios universitarios». Después de eso, volví a presentarme al examen estatal y aprobé.

La universidad para mí fue muy dura. Hasta ese momento no tenían una oficina para ayudar a las personas con discapacidad visual. Económicamente fue difícil porque yo tenía que pagar con mi propio dinero la impresión de mis libros en el sistema Braille. Algunos profesores me despreciaban e incluso se burlaban de mí dándome un examen en blanco. Eso me motivó a no permitir nunca que nadie me impidiera alcanzar los objetivos que quiero.

Desde el 2002 soy actor de teatro y también toco el ney, una flauta típica de Oriente Próximo. La mayoría de mis amigos son personas sin discapacidad. Estamos todo el tiempo juntos. También soy miembro de la junta de la Asociación Soy Humano por los Derechos de las Personas con Discapacidad («I am Human Society for the Rights of Persons with Disabilities»).

El 20 de junio de 2016 fue un día muy, muy importante. Cumplí la voluntad de mi padre y estoy en paz con su alma. Ese día me gradué en la universidad. Todo el mundo estaba muy contento. Sentí que mis padres estaban muy orgullosos. De todos mis hermanos, soy el único que tiene ese nivel de estudios. Eso demuestra que la discapacidad está en la sociedad, no en la persona con discapacidad.

En el 2014 solicité acceder a un máster en la Universidad de Jordania y, gracias a Dios, me aceptaron. Voy a escribir mi tesis sobre la relación entre derechos humanos y discapacidad en Jordania. Trasladaremos a los responsables de tomar decisiones y a todas las personas nuestro mensaje de que la discapacidad está en la propia sociedad, no en la persona con discapacidad.

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