Mosua Islam

Mi nombre es Mosua Islam. Tengo 25 años.

Fotógrafo: Wahid Adnan/Drik, Bangladesh

De pequeño tuve polio. Los músculos de uno de mis brazos y piernas comenzaron a consumirse y eso es lo que dio pie a mi discapacidad.

Estaba estudiando en un colegio de primaria cerca de mi casa, iba al quinto curso. Después de eso se suponía que iba a ir al instituto. Pero estaba muy lejos de mi casa y no podía ir a rastras hasta allí. No podíamos permitirnos pagar el transporte hasta allí, así que dejé de estudiar.

Me sentí muy mal por tener que dejar de estudiar y ahora creo que una persona con discapacidad no debería dejar de ir al colegio por este problema que yo tuve. La educación es la columna vertebral de una nación. Creo que es algo muy importante. Por eso siempre animaré a las personas con discapacidad como yo a estudiar más. Si hubiera tenido la oportunidad de seguir estudiando, ahora podría tener un trabajo mejor.

Un día, una persona de GUK me identificó y me ofreció un aparato de movilidad. Pedí un triciclo para poder desplazarme por toda la zona. Me dieron el triciclo donde estoy sentado ahora y comencé a desplazarme. ¡Fue el día más feliz de mi vida! Me abrió nuevas puertas, ya que puedo utilizar este triciclo para ir a donde quiera: Puedo ir al parque, puedo visitar a mis familiares, puedo ver a mucha gente en la calle… Así que fue un día muy feliz para mí.

La primera vez que empecé a desplazarme por la ciudad, era algo nuevo para mí. Al principio alguna gente intentaba darme dinero porque pensaban que era un mendigo, pero yo les decía: «No soy un mendigo, hago negocios». Cuando esto ocurre me siento triste, pero también orgulloso porque puedo rechazar el dinero, ya que me gano la vida. Mi negocio consiste en desplazarme por la ciudad para comprar libros viejos y papel usado. Luego se lo vendo a las tiendas y gano un buen dinero.

Estoy en un grupo de embajador local. En el grupo, principalmente luchamos por los derechos de las personas con discapacidad. Si se engaña, se priva de algo o se tortura a cualquier persona en cualquier lugar, siempre estaremos allí para apoyarla y tomar medidas para evitar este tipo de incidentes. También intentamos acceder a los servicios disponibles a nivel gubernamental y, al mismo tiempo, intentamos ayudar a otros niños con discapacidad que tienen problemas para ser admitidos en el colegio.

Cuando pienso en mi futuro, me siento bien. Mi vida es buena tal y como es. Le doy gracias a Dios por cuidarme. Gano suficiente dinero. Hoy recojo papel, pero en el futuro seré el dueño de una tienda. Daré trabajo a cuatro o cinco personas. ¡Ese es mi objetivo final!

Más historias