Majdi

Mi nombre es Majdi y soy de Jordania.

مجدي يلعب كرة القدم مع أصدقائه

 

Unos meses después de que yo nací, mi madre intentaba hacer sonidos para mí pero yo no reaccionaba. Me llevaron al hospital y resultó que tenía una discapacidad auditiva. Mi madre se quedó conmocionada y se preguntaba qué sería de mí en el futuro. Tengo cuatro hermanos, yo soy el quinto.

En Jordania hay pocos servicios para las personas con discapacidad auditiva o del habla. Mi madre decidió aprender la lengua de signos para comunicarse conmigo y, después de eso, mi comunicación mejoró.

Aunque solo había dos colegios para niños con discapacidad auditiva o del habla en Jordania, yo fui a uno de ellos y, después, me trasladé a un internado lejos de mi casa. Mi madre solía visitarme, pero cuando ella se iba yo lloraba porque quería estar con mi familia. Cambié de colegio varias veces más y al final me gradué y me aceptaron en la universidad.

Jordania ofrece un 90 % de descuento en el precio de la universidad a las personas con discapacidad, así que empecé a estudiar. Estudié Relaciones Internacionales y Estudios Estratégicos y ahora estoy haciendo un máster. Es muy importante que haya un intérprete en la universidad, porque el profesor explica cosas y hay un debate, preguntas y respuestas. Necesito un intérprete para poder aprender.

La universidad no tenía intérprete y, durante años, yo no entendía nada. Intentaba copiar. Intentaba hacer cualquier cosa para aprobar. Un amigo mío me escribía notas. Yo no conocía mis derechos. Lo hice durante 3 años.

Un amigo me dijo que tenía que aprender y luchar por mis derechos. Le pedí a la universidad un intérprete. Me dijeron que lo sentían y que no podían. Durante un año y medio estuve luchando para que cambiaran de opinión. El rector de la universidad dijo que yo debía pagarme a un intérprete. Le dije que no tenía dinero y que el país tenía que facilitármelo. Al final pusieron a un intérprete en el campus para 11 personas, así que no estaba conmigo en todas mis clases. En mi 4º año de universidad por fin conseguí un intérprete y terminé mi carrera.

Rezo para que a las personas con discapacidad se les enseñen sus derechos y para que se trate a todo el mundo de la misma forma. Ese es el objetivo de mi vida, por el que me esfuerzo tanto.

Me encanta el fútbol y el baloncesto. Me gusta que exista un campeonato de fútbol para la comunidad sorda. He participado en él 4 años. En el 2013 mi equipo quedó en primer lugar en Jordania y viajamos a Francia para participar en los campeonatos. Me sentí el hombre más fuerte de Jordania.

Soy muy feliz porque soy sordo y estoy estudiando un máster en Derechos Humanos y Desarrollo Humano. He viajado y he luchado por mis derechos.

En el futuro, Dios mediante, me gustaría ser más fuerte de lo que soy ahora.

Más historias